Ningún otro estadio supera la reputación que tiene Hampden Park. Considerando que Hampden surge de una educación la zona Oeste de Escocia es considerable el ascenso conseguido dentro de la mitología del estadio. Aquellos tiempos idílicos en los que enormes riadas de hombres se reunian en la pendiente de Mount Florida aún se mantienen en la memoria de algunos veteranos de aquella época.

Parece ser que cada Glaswegian (glasgense) de menos de 40 años tiene un padre, un tío o un abuelo que estuvo en la final de la Copa de Europa de 1960, en el que el Real Madrid, inspirado por Ferenc Puskas y Alfredo di Stefano destrozó a Eintracht Frankfurt con un resultado de 7-3. Éste es aún considerado como el mejor partido jugado en la historia de Hampden.

Así como la final de la Liga de Campeones de 2002 ayudó a Hampden en su selección como sede para la final de la Copa de la UEFA de este año, la UEFA se quedó tan satisfecho con el manejo de la final de 1960 por parte de la Asociación de Fútbol Escocesa que les otorgaron ser la sede de los jugadores de la final de la Copa en 1962 y en 1966. Cuatro años después, cuando Leeds United se enfrentó a Celtic en la segunda ronda de la semifinal de la Copa de Europa en 1970, se aconteció otro gran momento en una semifinal; Celtic perdiendo 1-0 retomó el juego llevando el equipo a una victoria de 3-1. Estos recuerdos y memorias se tendrían que celebrar y valorar, pero para los que no estuvieron ahí en esa época no lo pueden disfrutar de la misma manera. Para las generaciones más jóvenes tenemos el recuerdo de un momento más moderno y reciente con la actuación de Zinedine Zidane. Con un ágil movimiento de su pie izquierdo, Zidane nos dejó un gran recuerdo, un momento con el que podemos aborrecer a nuestros sobrinos, sobrinas y nietos durante los próximos 50 años.

Ha habido nunca otro gol mejor marcado que aquél en Hampden Park? Seguramente no. De hecho en una votación reciente, el gol de Zidane fue votado como el mejor gol marcado en la Liga de Campeones; y precisamente ocurrió en el sur de Glasgow. El legendario delantero francés aseguró la victoria del equipo español contra el equipo alemán, el Bayer Leverkusen, integrando otra noche extraordinaria en Hampden. Para las nuevas generaciones, este momento se ha convertido en el equivalente del año 1960.

Un joven Diego Maradona de 17 años debutó con Argentina en Hampden en un caluroso dia de junio en 1979. Ya desde un principio el debutante confirmaba su talento con un fascinante gol. Ronaldinho también recibió la bendición de Hampden cuando se puso por primera vez los colores del equipo de Brazil jugando con los sub-15 por el equipo Brasileño en una noche de marzo de 1995. Escocia ganó 1-0.

El pasado octubre también hubo otro acontecimiento memorable cuando Escocia de alguna forma manejó vencer a Francia en el estadio de Hampden durante las finales del Mundial.

Como resultado de las restauraciones en Hampden Park en los noventa, éste fue categorizado de cinco estrellas por la UEFA con unas instalaciones de alta clase dentro y fuera del estadio. Sin embargo, aún hoy sólo se percibe como el tercer mejor estadio de Glasgow, por detrás de Ibrox y de Celtic Park. El último, aún no ha logrado ser la sede de ninguna final Europea ya que no está categorizado como cinco estrellas. Ibrox si que reune los requisitos y se puede decir que tiene una grandiosidad de estadio por su pendiente, sus asientos inclinados y su potencial de ambiente. Aún así, el director de comunicaciones de SFA, ha señalado varias razones convincentes a favor de Hampden.

Es decisión de los directores del comité de SFA seleccionar el estadio que vean más apropiado. Hampden es el estadio nacional. Cuando traes la final Europea a un estadio tienes que tener en consideración una serie de servicios e instalaciones. No quiero menospreciar el estadio de Ibrox, que también tiene cinco estrellas, pero tenemos que considerar todos los aspectos como los vestuarios, los cuales tienen que ser absolutamente idénticos. También tenemos que considerar las facilidades para los medios de comunicación y salas de hospitalidad. Ser la sede de una final Europea es mucho más que tener un partido de fútbol, es de hecho una gran responsabilidad.

Tampoco se tendría que subestimar el logro de la SFA en atraer otra vez más a una final Europea tan sólo cinco años después de la primera. El éxito de la final de 2002 contiene gran parte de este logro. La ciudad entera se abrió de brazos a los aficionados españoles y alemanes celebrando su llegada y creando un ambiente de carnaval por toda la ciudad. "Hampden y la cuidad de Glasgow consiguió numerosos elogios de la UEFA después de la final de 2002", añade Mitchell.